Siempre he sido usuario de Apple desde que estudiaba la carrera. Me acuerdo que el primer año de carrera lo hice con un HP Pavilion (portátil) pero ya veía de reojo a mis compañeros con su flamante macbook con carcasa blanca de plástico. «Ésos sí que eran verdaderos diseñadores» – pensaba yo… No podía esperar más a tener uno, así que empecé a investigar en el mundo de Apple y me decidí comprarme uno… Pero, como siempre se sabe en todo este tipo de productos, es mejor esperar un poco y comprarse el último modelo, y así hice. Me enteré de que iban a hacer una Keynote (presentación de Apple de algún dispositivo) y no tardé en poner en mi calendario esa fecha de Septiembre de 2008.
MacBook late 2008
En aquella Keynote se iba a presentar el MacBook Unibody, que tenía todo el cuerpo de aluminio, sellado en una pieza y con nuevos procesadores Core 2 Duo, «menuda maravilla», pensaba yo en ese momento. Así que me puse manos en mi teclado y ratón y lo compré por la tienda de Apple, haciendo uso de las ofertas de estudiantes de aquella época, que regalaban con la compra de un macbook un iPod nano de 4th generación.
Varios días después, en aquel momento lo viví como una eternidad, llegó el flamante MacBook Unibody, un auténtico milagro de la ingeniería. Un Intel Core 2 Duo 2,4Ghz con 8 Gbs de Ram y disco duro de 250Gbs Sata. Lo comparaba con mi HP Pavilion y era el doble… El PC pesaba el doble, era el doble de alto… y el doble de feo… Empecé a instalarle todos los programas que utilizábamos en clase, la suite de Adobe, Freehand…
Macbook Pro mid 2012
Eso sólo fue el comienzo de mi vida con Apple, a partir de ahí fueron llegando otros dispositivos que contaré en futuros posts de esta misma web. Este macbook me duró toda la carrera de diseño, me funcionó perfectamente, incluso mejor que otros ordenadores PCs más nuevos de mis compañeros. Después de terminar los estudios me trasladé por trabajo a Ondara donde estuve trabajando durante un largo tiempo para una inmobiliaria de lujo en Altea. Después de realizar varias revistas para la empresa y trabajar como diseñador, mi jefa tuvo el grandísimo detalle de regalarme un nuevo ordenador para poder trabajar desde casa. Eso era ya en 2012, cuando me regalaron el increíble MacBook Pro Retina que ha sido el mejor ordenador que he tenido nunca, avanzo el spoiler. Tenía el mismo Unibody, pero más fino, mucha más potencia, disco duro sólido, 16Gbs de Ram y dos gráficas (una dedicada y otra integrada). Aquella pantalla retina era de otro mundo, nunca había visto algo igual. Y el ordenador movía con facilidad cualquier tipo de software que utilizaba.
MacBook Pro late 2016 con Touchbar
Pero 4 años más tarde, en el 2016 y por actualizar equipos, decidí entrar de nuevo en la tienda de Apple y comprar otro nuevo MacBook. Por aquella fecha estaba de estreno el precioso MacBook Pro con Touchbar que integraba la nueva tecnología de botones «no físicos» en la parte superior del teclado… Un ordenador más fino, más potente, con nuevas gráficas… Un completo rediseño que sirvió también para aumentar el precio del mismo y dejar los anteriores ordenadores un poco «obsoletos».
Después de vender mi MacBook Pro Retina, decidí comprar el MacBook Pro con Touchbar de 2016 y hasta el día 23 de Diciembre no lo recibí. Un ordenador que pasaba a sustituir uno que ha sido el mejor ordenador que he tenido jamás… cosas que no consiguió.
Al abrir la caja, en efecto el ordenador sobresalía del anterior del 2012 por su belleza y su extrema delgadez. El color es gris oscuro (space gray como lo llaman en Apple) y su teclado parecía encasillado en el ordenador. Un enorme trackpad dominaba la parte inferior del ordenador y una barra digital hacía las funciones de teclado (sobretodo de la tecla «ESC»). A primera vista todo parecía que iba a ir a mejor, pero la experiencia y el uso día a día demuestran que cada vez, los ordenadores de Apple, siempre desde mi punto de vista, están más pensados para la estética que para el trabajo en sí.
USB C para todo, todos los adaptadores para USB C
La extrema delgadez del ordenador obligó a Apple a buscar soluciones para poder implementar puertos pero sin ganar tamaño en ello, por eso se inventaron la tecnología Thunderbolt 3 (un tipo USB C de Apple) con una transferencia de hasta 40Gbs/s. La idea es buena, pero creo que muy avanzada en el tiempo, nos obliga a cambiar todos nuestros dispositivos externos a este nuevo puerto.
Touchbar, la barra que no se toca
Referente a la touchbar, si os digo la verdad, en la presentación de Apple, un DJ estaba reproduciendo música con sólo tocar la touchbar… parecía increíble. Pero lo cierto, y el uso día a día es inexistente. En mi caso trabajo con pantalla externa y teclado Magic Keyboard y no uso nunca esa touchbar. Ni siquiera cuando uso el teclado del ordenador, me parece más rápido utilizar los atajos de teclado o el uso del ratón para hacer esas funciones antes de utilizarla. Una tecnología que sólo salvaría el botón de Touch ID, la funcionalidad de desbloquear, comprar o autorizar con la huella dactilar… Esa función es la única que utilizo, el resto, no quiero ni tocarlo.
Nuevos procesadores Intel Serie 6, no más potencia
El rendimiento del ordenador en las pruebas del laboratorio de Apple indicaban que es hasta un 50% más potente que la versión anterior (2015). La realidad es que siendo usuario profesional de un Macbook Pro Retina 2012 y haber trabajo con él con todas las aplicaciones que utilizo de normal, puedo decir que el rendimiento es el mismo. Ni se nota la ultra velocidad del nuevo SSD (2000Mbs/s), ni los nuevos procesadores, ni la alta velocidad de la Ram… En el uso diario, no se aprecia la diferencia para nada… Podría decir incluso que va hasta un poco más lento.
Gráficas de tope gama
En el campo de las gráficas sucede lo mismo, rendimientos de hasta el 70% superiores a otras generaciones. En el ámbito profesional y diario, no se aprecian cambios. En programas de diseño sigo teniendo la misma experiencia, quizás no sea yo un usuario que utiliza mucha gráfica, pero creo que no he notado ningún cambio.
Mi conclusión ante estas 3 generaciones de MacBook
Desde el 2008 he estado viviendo de cerca la evolución de los ordenadores MacBook. El primero que tuve creo que fue el que más me marcó, una diferencia abismal entre un Mac y un PC. Lo recuerdo como si fuera ayer cuando abrí esa caja blanca y saqué aquel ordenador. Un rendimiento increíble y un sistema operativo que cambió mi vida y mi forma de trabajar. En 2012 tuve el MacBook Pro Retina, la joya de la corona. Con este ordenador se afianzó mi idea sobre Apple, la experiencia entre uno y otro era más que notoria. En 4 años había evolucionado una barbaridad y la pantalla era increíble. En 2016 fue la gran desilusión, esperaba el mismo salto cualitativo y equitativo entre los dos ordenadores. Pero no fue así, un ordenador que no le llega ni a la suela de los zapatos al MacBook Pro Retina 2012. Un error por mi parte venderlo y comprar esta nueva generación, en cierta manera parece que Apple se ría de sus más fieles seguidores creando ordenadores cada vez más a su antojo sin pensar en que son los profesionales su mayor target.
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